sábado, 15 de diciembre de 2012

Educación con Tecnología, pero también con contenido y metodología


Preocupa escuchar a Carlos Niembro, Asesor de la Compañía de Servicios Educativos AMCO de México, que acertada y sustentadamente asegura que la tecnología no ha aportado en la mejora de la educación, ya que se ha confundido la adquisición de equipos tecnológicos como una propuesta para mejorar la calidad educativa, dejando de lado, el contenido y metodología aplicada al proceso educativo.
Sin embargo, existen experiencias como la generada por AMCO que nos permiten reflexionar sobre la necesidad de replicarlas en diferentes espacios, ¿de qué se trata?  de una propuesta educativa que involucra cinco elementos – considerados los forjadores de una educación integral – un proyecto educativo que involucra la inteligencia emocional, donde se pretende que “el estudiante se sepa amado y se sepa capaz”; se establecen programas académicos bajo demandas, entre ellos la necesidad de una educación bilingüe; la incorporación de la tecnología en sí; el permanente asesoramiento académico donde la apuesta es formar mejores maestros y finalmente la gestión de calidad que permita una autoevaluación de la esta dinámica propuesta educativa.

Estos elementos han permitido generar un perfil global en los estudiantes quienes han adquirido competencias de tipo espiritual, tecnológica, creativa, ecológica y social. A esto se suma, la apuesta por ambientes necesarios para su formación, considerando no solo las físicas, también las didácticas y sicosociales.
Indudablemente, la tecnología no nos está dando los alumnos que esperamos tener con el avance acelerado del que somos protagonistas, sucede que solo nos estamos concentrando en los equipos e infraestructura, y la educación va más allá, generar técnicas y herramientas para educar.

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